lunes, 16 de mayo de 2011

HACIA EL CIELO




El cielo estaba temblando ante el resplandor hiriente de la luna esa noche, pero de pronto las nubes negras comenzaron a cubrir el firmamento y a derramar sus lágrimas en el suelo. Todos corrían ante la repentina lluvia que los azotaba, querían buscar un refugio para no mojarse. Pero a pesar que todo las personas estaban corriendo, uno pasaba caminado tranquilamente. El muchacho mira hacia arriba y extiende sus brazos, queriendo llegar al techo de la tierra y poder abrir esas cortinas negras que opacaban el cielo de esa noche.


Todos alrededor lo veían como un orate, pero a él no le importaba. Después le comenzaron a brotar unas lágrimas al ver que no podía hacer lo que se había propuesto. "Es algo imposible para mi" se repetía muchas veces agachando la cabeza y en eso aparece un muchacho detrás, palmeteándole la espalda con una mano y con la otra sostiene una sombrilla que cubre al sujeto.


- Vámonos, que se nos hace tarde - sonríe el muchacho y comienza a jalar a su compañero.


- Después de todo, en mi mundo ya no brilla esa luz de siempre - le responde tristemente - como quisiera volver al pasado y remediar las cosas que hice.


- Yami, lo pasado es pasado. No podemos cambiarlo, aunque queramos. No lo arrastres al presente - le sonríe.


- Gracias por estar a mi lado.... Takeshi.


Y los muchachos se pierden entre la multitud mientras la lluvia seguía azotando con lagrimas de sangre esa oscura noche.



Capitulo 1: Ignorancia


La lluvia paro por unos momentos en esa noche, Takeshi guarda su paraguas en la mochila que tenia. Yami, aun con la mirada cabizbaja, sigue caminando sin rumbo. Se acerca un chico de lentes, vestido todo de negro, y se para en su delante.



- Oe pendejazo ¿hasta cuando estarás así? - le pregunta mirándolo a los ojos fijamente.


- No lo sé - aparta la mirada - para mí la vida no tie


ne sentido.


- Kurono, déjalo - se acerca una chica de cabellera castaña y mediana estatura - él esta grande para solucionar sus problemas.


- Tsukino-chan...


- Mizuki, no regañes a Ren por favor - Takeshi sonríe.


- Está bien, me da igual lo que haga ¡jum! - voltea el rostro.


- No sé qué hacemos en medio de la pista - les dice Takeshi - mejor sentemos en ese parque.


Los chicos se dirigen a un lugar cercano para poder reposar. El único lugar cerca fueron los columpios que estaban en el parque. Mizuki se sentó en uno de los columpios y comenzó a mecerse de un lado para otro. Yami y Ren estaban apoyados en las rejas cerca del columpio, mientras que Takeshi empujaba a Mizuki para darle más impulso.


- Oye. Nagasato. Mírame y dime porque estas así - le pregunta Ren.


- Son cosas que no podemos olvidar - le responde sin quitarle la vista a Mizuki - en verdad yo la amaba, pero no existe un felices para siempre.


- En verdad no los entiendo. Takeshi y tú, siendo hermanos, son tan diferentes. A él no le interesan ese tipo de cosas por la que te pones así.


- En verdad, a veces prefiero ser ignorante. Cuando ignoras algo eres feliz hasta que descubres el conocimiento y miras la realidad. Prefiero ser un ignorante y ser feliz, que conocer y sentirme así.


- Tranquilo. Lo he pensado hace tiempo ¿te puedo llamar por tu nombre? También puedes llamarme por el mío.


- Haz lo que quieras.


- Excelente, Yami toma - Ren saca de su bolsillo una cajetilla de cigarros - es lo mejor para aliviar las penas.


- Por lo menos el cigarro me hace retornar cuando estaba con ella y era feliz - coge un cigarrillo - ¿Tienes fuego?


- No te preocupes - le responde una voz femenina, siente el calor del encendedor y se pone a la boca para poder avivar el fuego en el cigarro y poder inhalar todo el humo de la primera piteada - gracias, necesitaba una buena jalada - le responde Yami.


- Desde acá cuando tan formal conmigo Nagasato.


- Cuanto tiempo sin verte, Ozaki Haruna - saluda Ren - sigues tan regia como siempre, aunque te ha crecido el cabello, lo tienes hasta el culo.


- Y tú tan grosero como siempre mi querido Kurono ¿aun sigues corriéndotela?


- ¡ Calla!


- Jajaja ton-to


Mientras seguían discutiendo ellos dos, Yami se abstraía de sus pensamientos y siguió mirando el cielo de esa noche. En cada inhalada que daba, sentía un gran alivio. En ese momento su mente retornaba a esas épocas que él añoraba.




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