Haruka y Yami estaban paseando por el parque de siempre. Mirando todo en su entorno y apreciando lo bonito del día. En eso Haruka intenta tomarle de la mano a Yami, pero este la suelta y sigue adelante. Caminando sin rumbo llegan hacia los juegos infantiles, Yami observa a los niños revolotear y divertirse; Haruka se acerca y le trae un poco de nostalgia ver esas escenas.
- Takeshi ¿Recuerdas esa época en que éramos niños, igual que ellos?
- Si – le responde con desanimo – tú eras aquella niña – señala a una pequeña cerca de la resbaladilla – tan enérgica y extrovertida. Como ha pasado el tiempo.
- Recuerdo que en ese juego te conocí, pequeño llorón – Haruka comienza a reírse – fue ahí en donde comenzó nuestra historia, hasta que tuve que viajar a Francia.
- En tan corto tiempo como pudieron suceder varias cosas. Viajaste a Francia a ver a tu hermano enfermo, fui nominado al mejor artista nuevo por Music Perù TV y también abandonado como un perro. Me pregunto si no hubieras viajado ¿Superaría mi dolor? Sentí que el mundo se me vino encima Haruka…. Gracias por estar a mi lado siempre.
- No tienes que agradecerme, lo hago con mucho gusto – Haruka sonríe – Tú ya sabes lo que siento por ti, pero no me importa si me rechazas muchas veces, me conformo con estar así contigo.
- Algún día de seguro habrá un mundo para los dos – le responde Takeshi con una sonrisa.
Haruka al ver esa expresión en el rostro de Yami, no pudo evitar derramar una lágrima de felicidad.
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